domingo, 8 de julio de 2012

LEGALIZAR LA EUGENESIA

Le propongo al amable lector que lea el siguiente párrafo, extraído de la página web de la agencia de noticias Europa Press:

 "En este sentido, la directora del Gabinete del ministro argumenta que la ley "sólo" despenaliza la esterilización forzosa "cuando la persona por su incapacidad psíquica grave, no puede prestar consentimiento libre e informado, lo que si será totalmente exigible para el resto de personas con discapacidad", según recoge la misiva oficial."

Tal vez me falte aportar un dato importante, que ayudará al amable lector a situar convenientemente el asunto. La fecha que encabeza la noticia es la siguiente: 5 de julio de 2012. 
Este párrafo se ha extraído de un misiva enviada por la citada directora del Gabinete del Ministerio de Interior, ése que encabeza el hombre que endeudó per secula seculorum la capital de España mientras ejerció de alcalde de la Villa, Alberto Ruíz Gallardón, al Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), para intentar despejar dudas sobre la nueva ley que pretende aprobar el Gobierno del Partido Popular concerniente a este tema.
A falta de mayores concreciones, el asunto parece claro: se podrá esterilizar a una persona con un cierto grado de discapacidad, veremos cuanto, siempre que un juez lo consienta (esto aparece en el borrador). ¿Por qué? En teoría para asegurar la integridad de dicha persona (evitar embarazos no deseados), o la de otras (evitar que la persona con discapacidad deje embarazada a mujeres contra su voluntad). Si bien este último supuesto no parece tan claro según lo que la ley transpira. Esta forma de entender la situación conlleva varios aspectos demenciales, que recuerdan a la Alemania de los 30 (¡ojo!, muchos países de los que llamamos civilizados aplicaron esas políticas una vez caído el régimen nazi), que vulneran ,desde mi punto de vista, derechos esenciales de los seres humanos.


En primer lugar este párrafo está impregnado de un hedor generado por la mejor tradición eugenésica de finales del siglo XIX y buena parte del siglo XX. Lo distinto, lo "anómalo", no debe perpetuar su simiente en la faz de este planeta. Sé que literalmente  no dice eso los párrafos avanzados, el escrito arriba y otros que aparecen en las noticias que me han servido de base para redactar esta entrada, pero el armazón intelectual de todo lo leído hasta el momento descansa sobre la filosofía del bien nacido y la elección de los mejores (en lo que se basa el tipo de Economía que nos quieren vender; aunque ellos se olviden, voluntariamente, de las relaciones de nepotismo y las redes de intereses creados, que permiten que nulidades absolutas alcancen ciertos puestos sin aportar ningún mérito a su puesto, más allá de ser hijo de, amigo de o un ex político). 
Un segundo aspecto a destacar, desde mi punto de vista, lo podemos situar en la vulneración de los derechos inalienables de toda persona a su vida sexual. Diferentes tratados internacionales recogen que en este aspecto el no respeto a este derecho deberá ser condenado. Es más, insta a los poderes públicos a salvaguardar y hacer respetar este derecho. Tal vez aquí radique parte del quiz de la cuestión: estos apóstoles de la familia no consideran a una persona con cierto grado de discapacidad como persona o, al menos, como persona en su integridad. 


Me gustaría reseñar en un tercer apartado. Esta política "preventiva" destila un desconocimiento absoluto de todo lo relacionado con la discapacidad; lo cual no ha de extrañar en absoluto. Y por otro lado nos encontramos con una concepción del mundo de la discapacidad basada, no en mejorar la calidad de vida de las personas con algún tipo de discapacidad, lo que equivaldría a invertir dinero, sino en evitar problemas, con el menor coste económico posible. El aumento de inversiones dirigidas a estas personas conllevaría un trato más humano, propiciado por la existencia de más recursos materiales y personales. Pero, parece ser, que a estos "ideólogos" les resulta más atractivo ahorrarse "escándalos" mediante una política basada en la injusticia. La dotación de recursos materiales y personales, que permitan que las personas con una discapacidad grave tuvieran, día a día, una mejor calidad de vida significaría mucho más para ellas que prevenir "riesgos derivados del sexo". Ta vez si estos botarates conocieran ciertas experiencias, que llevan funcionando en España desde hace casi dos décadas, en las que personas con discapacidad psíquica ligera con capaces de llevar una vida de pareja, con cierta supervisión de profesionales, su acartonada materia gris sufriría una transformación, que beneficiaría a todas las personas, con o sin discapacidad.
Tal vez, sólo tal vez, el aspecto más chocante del asunto, que sería el cuarto en esta enumeración, deriva de la concepción religiosa de estos fulanos que intentan promulgar este tipo de leyes. Empezando por el número uno del Ministerio, que presumía hace unas tres décadas de ser más de derechas que su padre, Alberto Ruiz Gallardón, y bajando en el escalafón, así como mirando a diestra y siniestra del Consejo de Ministros, la gran mayoría de ellos se consideran seguidores de la fe Católica. Fe, que no lo olvidemos, prohíbe cualquier medida contraceptiva. Las medidas tomadas para dificultar la adquisición de la píldora del día después, la reforma de la Ley del Aborto o, en otra forma, la condenada del matrimonio gay, no sólo porque ellos han decidido adueñarse de ese vocablo, sino también por la concepción que dicha Iglesia tiene de las relaciones de pareja como un fin para procrear son buena prueba de ello. Sin embargo, cuando tocamos el tema de las personas diferentes estos defensores de la pureza sexual no dudan en aplicar medidas, en este caso la esterilización, para evitar problemas no deseados. En otras palabras: píldora del día después usada de manera voluntaria, no; esterilización para ciertos discapacitados, sí. Imagino que si la ley se promulga terminarán confesándose por haber transgredido la ley de su Dios. O tal vez no, porque consideran que hacer eso a "cierto tipo de personas" no entra dentro del catálogo de cuestiones penadas por su fe. 


Uno, que de fe anda escaso, considera que lo más importante es proporcionar a las personas con discapacidad, minusvalía, o lo que fuere, los recursos materiales y humanos necesarios para dar respuestas a las necesidades, si las hubiere, a estas personas. El concepto de apoyo, explicado magistralmente por Robert Schalock o Miguel Ángel Verdugo, de distinto tipo y grado, como respuesta a esas necesidades debería guiar todas las actuaciones de los poderes públicos; pero parece que importa más rescatar una concepción eugenésica de la existencia humana que avanzar, utilizando para ello el respeto al ser humano como guía. 
Una última reflexión: recortar los recursos destinados a personas con discapacidad, además de una aberración, constituye una vulneración sistemática de sus derechos y, por ende, de su calidad de vida, especialmente en los casos en que estas personas necesitan de apoyos extensos o generalizados, que les permiten recibir atenciones básicas, muy básicas en algunos casos, que les permitan seguir viviendo con una calidad de vida aceptable. Que cada cual ponga el calificativo que desee a esta forma de entender la vida de nuestros iguales.
Un saludo.

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