lunes, 20 de junio de 2016

DEBERES E INQUISICIÓN

A través de la manipulación, 
las élites dominadoras
 intentan conformar progresivamente
 las masas a sus objetivos.

Paulo Freire
Pedagogo


Escuchaba, hace unos días, un fragmento del programa de Pepa Bueno, que sirvió para indignarme sobremanera. Tras presentar un artículo donde se defendía que sobraban trabajadores en la administración (una de las obsesiones de la presentadora, los funcionarios), la presentadora hacía un recorrido por los programas electorales de los partidos políticos para... (redoble de tambores y trompetería varía) ver como enfocaban los diferentes partidos el tema de los deberes escolares. Lo gracioso del asunto es que Podemos Unidos y el P.S.O.E. tratan el tema. Lo que proponen los de Pablo Iglesias es de un inconcreción total, pero lo del partido de Pedro Sánchez resulta de traca. Los deberes, según los del puño y la rosa, generan desigualdades. El razonamiento tiene su cosa. Según los sesudos ideólogos del partido que ni es socialista ni es obrero hay padres que no pueden, debido a su nivel cultural, ayudar a sus hijos a realizar los deberes, lo que genera aún más desigualdad social. 
Salvando casos aislados de docentes, que los hay, uno piensa que los deberes, sean buenos o malos, no consisten en que los padres hagan a sus hijos lo que no saben hacer, por no haber sido explicado en el colegio. Más bien, los deberes son una generalización de lo aprendido en el aula. No sólo eso, los deberes pueden, y deben, servir para comprobar si los alumnos han conseguido adquirir ciertos contenidos trabajados en el aula. En otras palabras deben convertirse en otro indicador de evaluación, en este caso continua. Pues no, el partido derechista que fundó Pablo Iglesias decide llevar a su terreno, la estupidez vacua, el tema. 
Antes de seguir me gustaría aclarar algo: no soy ni ferviente defensor ni contrario a los deberes. No pasa nada por realizar trabajo fuera del aula, en casa, pero tampoco resulta necesario que todos los días lleven tarea para casa. 
Sigamos con el programa de la melodramática y derechista (aunque ella piense lo contrario) Pepa Bueno. 
Para tratar "en profundidad" recurre a un "experto", que lo primero que dice es...(más redoble de tambores y trompetería) que los niños se tiran entre dos y tres horas haciendo deberes. No dudo que algún docente pueda excederse, pero uno, que se gana la vida con la docencia, y que es padre, ve como los niños salen todos los días por la tarde a realizar actividades extraescolares y/o al parque, cuando hace bueno. ¿De dónde cojones saca ese fulano esa estupidez? ¿Por qué la desinformadora recurre a un tipo que desconoce los datos esenciales del tema que trata? (A esta pregunta última puedo contestar que para justificar la estupidez del programa electoral del partido de su jefe, el P.S.O.E.).
Por cierto, el fulano, que dice ser experto en el asunto, no se plantea algo tan básico como. ¿se le pueden poner deberes a un adolescente de 4º de la E.S.O.? ¿A partir de qué edad un niño debe empezar a aplicar algo que ya apareció en la L.O.G.S.E., que el resto de leyes educativas ha potenciado, y que la UNESCO considera fundamental: aprender a aprender (que implica indagar y construir sus conocimientos, o parte de ellos, por su cuenta)? O, otro asunto que no resulta nada baladí: ¿cómo cumplir, en especial a partir de determinados cursos, con los mínimos que prescriben las administraciones si parte de la tarea (la más mecánica cuando los niños son más pequeños) no se realiza fuera del aula?
Sí, el experto habló de otros países y de lo bien que funciona todo sin deberes, que según él resulta algo muy típico de los países latinos. Es posible, aunque como sus fuentes en este aspecto sean tan fiables como las que tiene sobre lo que ocurre en su país...
El tipo, que pretendía ilustrar a los oyentes sobre lo pérfido de los deberes, siguió disertando y, ¡oh, casualidad!, resulta que defendía el mismo argumento sobre la desigualdad que provocaban los deberes que el partido P.S.O.E. ¡Acabáramos! ¡Y yo me lo quería perder! Sí, querido lector, los deberes suponen un fomento de la desigualdad social porque los padres no pueden ayudar a sus hijos. Fue en este momento donde pensé: ¡Vaya panda de gilipollas! Con perdón. Veamos por qué pensé de esta manera.
En primer lugar los deberes, se supone, que ayudan a consolidar lo aprendido en clase. Es posible que, en algún caso, el alumno tenga problemas para resolverlos de manera correcta, para eso se corrigen en clase y se pueden preguntar las dudas que se tengan.
De igual manera puede ocurrir que algún docente se extralimite y no cumpla bien su función. Bien porque no ejercer de manera adecuada su faceta de enseñante, bien porque la cantidad de trabajo que mande a los alumnos resulte excesiva. Si este fuera el caso siempre se puede hablar con el maestro. En caso de no resultar efectiva dicha conversación se deberá hacer con el equipo directivo. De no tener éxito este cauce se puede recurrir a la Inspección Educativa e incluso a escalafones superiores de la administración. Pero esa estupidez de prohibir, muy de gente modernilla, sobra. Resulta curioso que en vez de perfeccionar lo existente, pulir lo que funciona, se busque prohibir. Resulta igualmente curioso que todos estos progres sólo busquen crear leyes, en general restrictivas, para regular asuntos sobre los que no tienen ni repajolera idea. En el fondo no se diferencia en nada de sus antecesores nacionalcatólicos en este aspecto. La respuesta a todos los problemas, reales o inventados, se basa en prohibir.
Por otra parte, la absurda idea de que los deberes fomentan las desigualdades, ¿de dónde la han sacado? Como dije en el párrafo anterior, la función de los padres no es enseñar a los niños contenidos académicos. Si es función de los padres controlar que sus hijos hagan los deberes, estudien y cumplan con sus obligaciones, pero, ¡ojo!, no deben supervisar que lo hagan de manera correcta, aunque puntualmente puede ocurrir, esa función recae en el docente. Cuando yo llevo a mi hijo a entrenar, yo no me ocupo de que lo haga bien o mal, para eso está el entrenador. Mi cometido es que esté a la hora, con la ropa adecuada y recogerle a la hora establecida. El entrenador me puede decir que ha mejorado, que se ha peleado o cualquier otra circunstancia que considere oportuna, pero yo no debo supervisar el entrenamiento de mi peque. Así de sencillo.
Respecto a las desigualdades me gustaría denunciar el uso, y abuso, que los progres hacen de este término para justificar todo lo que les viene en gana. Las desigualdades están ahí, y el sistema educativo, al menos en teoría, existe para difuminarlas. Sin embargo, las desigualdades nacen de cuestiones como las reformas laborales (la de Rajoy y la anterior del miembro del PSOE, ZPpero), de la modificación de artículos de la Constitución como el 135, por el que el pago de la deuda resulta prioritario, de los recortes en Eduación, llevados a cabo también por administraciones gobernadas por el PSOE... Tal vez si estos tipos viesen el día a día de la docencia y observasen como, en algunos casos, esas familias "discriminadas" transmiten unos valores a sus hijos en los que la Educación no resulta importante. Tal vez si estos tipos viesen como los servicios sociales hacen poco o nada, porque están atados de pies y manos, para que estos chavales aprovechen su paso por el sistema educativo. Tal vez si estos tipos se ocupasen de que todos los alumnos fuesen iguales, de exigir a todas las familias que pongan el máximo empeño en que sus vástagos aprovechen su paso por el sistema educativo, sólo tal vez, las diferencias sociales se reducirían. Queda muy bien hablar desde una poltrona o desde un sillón universitario de desigualdades, sin querer conocer las diferentes perspectivas de los problemas.
Resulta tremendo que personas, desde el desconocimiento más absoluto de la realidad, y con una moral inquisitorial, sean los portavoces de una forma de pensar, encaminada a hacer olvidar a las personas los problemas reales: las desigualdades sociales que, en el fondo, amparan, fruto de un desigual reparto de la riqueza. Eso sí, el ánimo nacionalcatólico se encuentra presente en su ADN, por mucho que intenten esconderlo bajo una pretendida defensa del débil.
No se dejen manipular. Si tienen un problema con un docente agoten todas las posibilidades y todas la vías que tiene para modificar lo que considera erróneo, pero no se dejen manipular por datos absurdos y manipulados. Y, sobre todo, no eleven a categoría anécdotas.
Un saludo.

P.D.: Paulo Freire fue un pedagogo brasileño, que llevo a cabo un programa de alfabetización de adultos ncreible. Su empeño y buena labor se vieron truncadas por los militares que llegaron al poder tras un golpe militar.


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