lunes, 15 de enero de 2018

AQUÍ Y AHORA

"Es grande ser grande,
pero es mayor ser humano"

Will Rogers


Hace una semana me recomendaba un amigo un libro sobre nuestros antecesores, los primeros sapiens, y ambos defendíamos que se trataba de tipos muy inteligentes que supieron sobrevivir en condiciones muy adversas. 
Al día siguiente de esa conversación uno tuvo que realizar un viaje y pudo comprobar como la nieve, que me acompañó durante más de dos horas, se adueñaba de todo lo que las nubes dejaban ver, incluido, de vez en cuando, algún carril de la autovía por la que transitaba. Llevaba en mi coche ropa de abrigo, comida, agua, así como el móvil pleno de batería y el depósito repleto, pero, lo reconozco, no llevaba cadenas y, es más, aunque las hubiese tenido, reconozco que no sé como se ponen. 
Por suerte, mi imprudencia no tuvo consecuencias. Los quitanieves funcionaban a todo trapo y, con un poco de cautela, el viaje transcurrió sin incidencias, aunque un poco más lento que de costumbre. Pero, sabe, querido lector, tengo muy claro que si me hubiese quedado atrapado por no llevar cadenas, la culpa hubiese en exclusiva mía y no iba a quejarme de lo mal que funcionan los medios. 
Un par de días después, o al día siguiente, apareció en los medios la noticia de los aguerridos jóvenes que subieron al Angliru, con su 4x4 (16) para hacer la gracia y se quedaron allí a pasar la noche, a pesar de todas las peticiones que hicieron para que les sacaran del lío en el que ellos solitos se habían metido. Lo curioso del asunto es que, al final, la mañana siguiente subió un paisano a rescatarles y bastó con desinflar las ruedas bastante para que pudiesen bajar. 
Uno, que se acordó de los sapiens que nos precedieron, no pudo evitar pensar que, desde un punto de vista intelectual, no podían ser tan poco lúcidos como los chavales que tuvieron la ocurriencia de subir a uno de los puertos míticos del ciclismo mundial a hacerse los valientes. Entre otras cosas porque una imprudencia grave podía costarles la vida o ponerles en una dificultad de la que la UME, la Guardia Civil o quien sea no iba a poderles sacar. 
Recuerdo que me estaba riendo con una persona que trabaja en la Sanidad, escuchando el audio de los fulanos del 4x4 (16) y me comentaba que esa forma de proceder, la de exigir respuesta inmediata, era muy común en su ámbito de trabajo. Personas que iban, por ejemplo, por una gripe al Servicio de Urgencias, y se quejaban ante los medios de comunicación de que les habían tenido esperando ocho o doce horas, hasta que les habían atendido, viendo además como otras personas que habían llegado después de ellos, eran atendidos antes que ellos. Resulta obvio, que si pasaban antes al box correspondiente era porque tras la valoración previa esas personas tenían problemas que debían ser resueltos con mayor celeridad por ser una verdadera urgencia. También resulta obvio que, como en el caso de las cadenas en los coches, las indicaciones de no usar el Servicio de Urgencias si no se tiene fiebre alta durante un determinado número de días, se lo saltan a la torera, pero los medios, que tampoco hacen mucho por preguntar a los responsables del servicio, sacan al fulano o al familiar de turno, poniendo el grito en el cielo, echando la culpa al sistema de lo que ellos hacen mal. Sin embargo, de nuevo, se exige una respuesta rápìda y efectiva a algo que no la tiene. 
Reconozco que no sé lo que hacían los sapiens cuando tenían gripe, pero, intuyo, que, además de pedir a la/las deidad/es correspondientes una pronta cura, no irían al Servicio de Urgencias. 
Voy a volver la vista atrás. El mismo día que hablaba con mi amigo sobre el libro, que ya me ha prestado, ocurrió que en la AP-6 se quedaron atrapados durante horas, en algunos casos muchas, un gran número de personas, porque sus vehículos no podían avanzar.
La gente que se vio atrapada protestaba, primero porque se metieron en un atolladero y, en segundo lugar, porque una vez dentro no había manera de salir ni de recibir un atención mínima (los medios pasaron por alto a aquellos que sí que pudieron ser desviados a localidades donde pasar de la mejor manera posible el temporal). Como de costumbre, unos y otros cargaron contra el Gobierno (aunque la autopista fuera de pago y los medios los debía poner la autopista), porque las cosas deben funcionar siempre bien y la culpa siempre es suya.
Antes de seguir voy a hacer un alto para explicar una cosa. El lunes por la mañana Pepa Bueno entrevistó al Director de la DGT y cuando el tipo (por el que no siento especial simpatía) se cansó de responder a la vocera del grupo dirigido por un personaje importante en el periodismo del tardofranquismo (ése al que le hace entrevistas ad hoc) que los quitanieves de esa autopista de pago no dependen de la DGT, y que ellos sólo supervisan si tienen los medios adecuados, no como los emplean en cada ocasión, la otra, con su tono de peculiar de fastidio, vio que ante las preguntas absurdas que repetía una y otra vez, la respuesta era siempre la misma, no tuvo otra idea que largar al tipo que si había pensado en dimitir. Me parece lamentable, cuando lo que tenía que haber hecho era haber intentado hablar con alguien de Abertis y contrastar la información. Pero claro, Pepa Buena sabe que La Caixa es accionista mayoritario de Abertis y que esta misma entidad financiera también es una de los accionistas importantes del Grupo Prisa, al que pertenece la SER.
Volvamos a los hechos de los días 6 y 7 de enero. La gente se quedó atrapada y la ayuda tardó en llegar. Hasta aquí los hechos objetivos. Las quejas, con mayor o menor fundamento, y la defensa de cada uno, son bien conocidas. Lo que no resulta tan conocido es la opinión de los profesionales, los que van con el quitanieves, por ejemplo, y, por casualidad, di con la de uno de ellos, que expuso en este hilo de Twitter.

https://twitter.com/kebrantaguesos/status/950368167481823233

De nuevo, se habla de gente imprudente y, de nuevo, se hace referencia a situaciones sobre las que el ser humano tiene poco control (como en el caso de la gripe y su curación). Sin embargo, existen expertos que hablan de que otros países, del Norte de Europa, donde según ellos no se producen estos problemas. Mentira, sí que ocurren, pero, la diferencia es que ellos tienen la obligación de calzar a sus vehículos con neumáticos de nieve en invierno, pudiendo ser multados o inmovilizados si no lo hacen, y ante nevadas ligeras sus vehículos pueden transitar sin problemas. Es lo que tiene ser experto en todo desde el sofá y decir que aquí no estamos preparados. En los países del Norte de Europa muere mucha más gente que en los países del Mediterráneo cuando llega una ola de calor, precisamente porque es tan infrecuente como en determinadas zonas de España las grandes nevadas y resulta imposible estar preparado para todas las situaciones extraordinarias que puedan acontecer.
Esta necesidad de que todo funcione bien las 24 horas del día, los 365 días del año que mucha gente tiene en el fondo encierra una verdad dura: nuestros ancestros sapiens eran mucho más inteligente que nosotros. Ellos sabían, les iba la vida en ello, que podían surgir incovenientes, algunos serios, que tenían que arreglar por sus propios medios; nadie iba a venir de fuera a echar una mano. Sin embargo, una parte de nuestros tecnológica sociedad ha olvidado que somos un bicho más sobre la faz de este planeta y que, en ocasiones, somos un juguete más en sus manos. Un virus, una bacteria, una nevada, lluvias torrenciales, calor excesivo... pueden ponernos en jaque y ser más fuerte que nosotros. No existen soluciones inmediatas. Por mucho que nos vendan maravillosas aplicaciones que nos permiten hacer "cosas maravillosas" desde nuestro móvil, seguimos siendo unos animales que han olvidado que surgen imprevistos, que, en ciertos momentos, no se pueden solucionar todo lo deprisa que nos gustaría y que, a veces, nosotros, me incluyo, con nuestra imprudencia acrecentamos los problemas.
No podemos pensar que todo es perfecto, que siempre se puede solucionar todo y, mucho menos, que esta solución va a ser inmediata. Tal vez hemos perdido esa parte de la humanidad que seguro tuvieron nuestros ancestros y hemos sustituido esa humildad que proporciona saber que somos vulnerables, por esta prepotencia e ignorancia tecnológica, que nos aleja de nuestra realidad y de nuestra esencia.
Un saludo.

No hay comentarios: